La pesadilla de los jóvenes detenidos el 29 de agosto en Soacha (Parte II)

En la presente entrega, a propósito de los testimonios reveladores de cinco jóvenes que fueron acusados y encarcelados injustamente luego de los hechos ocurridos el pasado 29 de agosto en Soacha, Periodismo Público presenta la segunda parte de esta historia para que la comunidad conozca la experiencia amarga que vivieron estas personas tras las rejas, al igual que la explicación completa del coronel Carlos Rojas, comandante del Distrito Especial de Policía.


Testimonios desgarradores:

En la primera entrega se aseguró que Jorge*, Camilo*, Santiago*, Felipe* y Esteban*, fueron los cinco jóvenes que vivieron la pesadilla hasta aquí descrita. Ellos le contaron a este medio cada una de las situaciones por las que pasaron, las secuelas que estas les dejaron, y el drama que les representó haber estado en la calle ese trágico 29 de agosto de 2013:

…“Después de salir del Distrito de Policía y de pasar por Compartir, nos llevan a la Cárcel Modelo el 9 de septiembre en la mañana. Nos recluyen en patios primarios, donde estuvimos en un mismo sitio con violadores, asesinos, ladrones, secuestradores y otros delincuentes. Estuvimos allá durante cuatro días y tres noches, en condiciones de hacinamiento, aguantando un fuerte olor a ‘excremento’ y tolerando la presencia de plagas. Sin duda la situación más impresionante que yo he tenido en mi vida fue haber estado en la Cárcel Modelo, eso fue algo que no tiene comparación. Gracias a Dios, el día 12 de septiembre nos llevaron a nuestras casas, por fin pude ver a mi mamá y a mi familia, fue una euforia impresionante”, expresó el joven Santiago.

«Yo tengo una discoteca en San Mateo, ese día fui a vigilar que no le pasara nada al local, pero los policías empezaron a arrojar gases lacrimógenos. Salí a correr y ellos se lanzaron sobre mí, fueron cerca de 20 motorizados. Desafortunadamente me capturaron y con una pistola de paint ball me dispararon en la cabeza, quedé con una herida muy grande. Posteriormente me realizaron descargas eléctricas, me subieron a la moto y me llevaron hasta la antigua estación Esso, que queda junto a Unisur. Yo les decía que no me dieran choques eléctricos porque sufro del corazón, sin embargo no les importó y me trataron muy mal, le subieron el voltaje a la electricidad para hacer más fuertes las descargas”, indicó Felipe.

El joven manifestó que cuando estuvo en el Distrito de Policía fue maltratado de forma desbordada, explicando que los policías le quitaron la pila del celular y lo golpearon en el baño, a tal punto que incluso le metieron la cabeza dentro del orinal. El joven narró que trató de resistirse, pero cuando salía del baño fue agredido con más fuerza. Después de eso, dijo que fue a donde estaban los demás detenidos a advertirles que no fueran al baño porque también les iban a pegar.

Esteban es otro de los jóvenes que vivió este calvario. Él aseguró que cuando fueron llevados al Distrito de Policía había un cerco de uniformados en el patio, al cual los hicieron ir, obligándolos a quitarse las camisas y los zapatos. En ese instante tuvieron que sentarse mirando hacia el piso para evitar que identificaran a los policías. Un detalle que explicó este muchacho fue que pasada la medianoche, cuando se formalizó la captura, los policías encargados de esto no eran los mismos que los habían detenido, sino hombres que estaban en el mismo comando, a quienes se les delegó la responsabilidad de realizar este procedimiento. De acuerdo a lo anterior, Esteban dijo que él sí firmó el documento que certificaba que habían recibido un trato digno, porque se había dado cuenta de que a quienes se rehusaban, los torturaban:

“Cuando firmé el documento estaba demasiado lastimado, tenía una oreja hinchada y un fuerte dolor en los riñones y las costillas, por culpa de los golpes que me habían dado y tampoco podía abrir mucho la boca porque me golpearon mucho la cabeza… la verdad es que ellos lo reducen a uno completamente, a tal punto que uno no quiere decir absolutamente nada. De eso todavía tengo secuelas, la oreja sigue lastimada, tengo dolores en la espalda y dolor de costilla. Las demás lesiones han mejorado, pero de todos modos quedaron secuelas. Estando detenidos siempre fuimos señalados como ‘Los tirapiedra’, eso da cierto grado de malicia para con el trato que uno recibe por parte de la Policía. Cada vez que uno se dirigía a ellos, era tratado de forma despectiva y humillante. En Compartir estuvimos aproximadamente 10 días más tranquilos, recibimos comida y pudimos ver a nuestras familias, ellos sabían dónde estábamos”, dijo Esteban.

El joven liberado indicó que estando detenido aprendió a valorar muchas cosas que tiene afuera, porque nunca se imaginó cómo eran las cosas en un sitio de reclusión. Señaló que mientras estuvo en la Cárcel Modelo pasó cuatro días en los que se levantaba con la expectativa de que iba a salir, pero pasaban las horas y no sucedía nada. Describió también cómo las celdas estaban llenas de suciedad y plagas, cómo los baños no servían y otro tipo de irregularidades que tuvo que soportar. También expresó que allí la comida que les daban era de pésima calidad, y que siempre servían el desayuno a las 7.00 am, el almuerzo hacia el mediodía, y luego no les daban más comida en todo el día, teniendo en cuenta además que si guardaban los alimentos para comérselos más adelante, corrían el riesgo de que estos se pudrieran, entonces prácticamente comían porque no tenían más alternativa.

El proceso judicial

Más allá de las historias y las apremiantes situaciones vividas por estos cinco jóvenes, es importante explicar un poco cuál es y cómo se desarrolló el proceso judicial al que ellos siguen enfrentados, teniendo en cuenta que si bien están temporalmente libres, aún no hay una decisión de un Juez que garantice que sus problemas jurídicos van a cesar ahí, por lo que hasta que esto ocurra, seguirán siendo procesados por los delitos de Obstrucción de vía pública y Agresión a funcionario público, acusaciones que en las audiencias anteriores no pudieron ser comprobadas, ni por los policías que los capturaron, ni por el Fiscal que imputó los cargos.

Cabe resaltar que junto a estas personas, hay otros cinco jóvenes que vivieron lo mismo que ellos, con la particularidad que uno de ellos tenía antecedentes judiciales, hecho que hizo más compleja su situación. Pero la pregunta es, ¿cuál fue el proceso que se siguió desde el día de la captura hasta ahora?

El 30 de agosto pasado, un día después de la detención de los jóvenes, se realizó la audiencia de legalización de captura en los juzgados de Soacha. Ese día los 10 detenidos fueron presentados ante un juez que determinó que la captura había sido legal, a pesar de las irregularidades cometidas: no haber realizado la lectura de derechos en el momento de la aprehensión y tener inconsistencias respecto a la hora en que los muchachos fueron detenidos.

A propósito de esto, vale la pena decir que aunque todos ellos fueron detenidos entre el mediodía y las 2:00 pm del 29 de agosto, los policías que acudieron al juzgado el 30 de agosto aseguraron que todas las capturas se efectuaron a las 6:50 pm. Sin embargo, al no tener en cuenta estos detalles, el juez decidió no sólo legalizar la captura, sino dictar medida privativa de la libertad a todos los imputados, la cual fue ‘intramural’, es decir en establecimiento carcelario, que para este caso fue el Comando Distrito de Policía Soacha.

Dicha decisión fue apelada por la defensa y por petición de los familiares de los detenidos, al considerar que había inconsistencias, tanto en los argumentos de la parte acusatoria como en la determinación del juez. Esto obligó a que se programara una nueva audiencia, primero el 13 de septiembre y después el 25 del mismo mes, debido a que en la fecha anterior hubo un aplazamiento.

Luego de estar en el Comando de Policía los primeros días de su detención, los detenidos fueron traslados en su mayoría a la nueva Subestación de Policía del barrio Compartir, mientras que otros fueron llevados a Subestación del barrio Chicó en la comuna seis. Esto sucedió el 1 de septiembre. El 8 del mismo mes, los jóvenes son llevados nuevamente al Comando Distrito de Policía, con el propósito de reunirlos en un solo lugar, para luego trasladarlos a las instalaciones de la Cárcel Modelo en Bogotá.

Tras haber pasado por ‘La Modelo’ y soportar todo tipo de sometimientos, se decidió que los jóvenes continuaran con su detención en sus residencias, de tal manera que el 12 de septiembre pasado, ellos pudieron regresar a sus hogares luego de una larga e injusta tortura por cuenta de señalamientos y acusaciones que hasta el sol de hoy no han podido ser comprobadas por las autoridades policivas y judiciales.

Así quedó comprobado el pasado 25 de septiembre, gracias a la labor realizada por los abogados Jorge Eliécer Molano y Germán Moreno, especializados en Derechos Humanos, que tienen una amplia experiencia en casos como el del Palacio de Justicia y otros similares en los que se han enfrentado violaciones de derechos. Este día quedó claro que hasta ese entonces no había una sola prueba contundente que determinara y comprobara la responsabilidad de los muchachos en los delitos que les fueron imputados, razón por la cual no había un motivo válido que justificara tenerlos privados de la libertad. Fue así como ese día los jóvenes quedaron libres.

Responde la Policía

Además de lo que el oficial respondió en la primera parte de esta historia, el coronel Rojas prosiguió:

Sobre el traslado a la Cárcel Modelo, el uniformado resaltó que fue una medida que estuvo acompañada por otras instituciones, haciendo énfasis en que mal harían ellos en llevar a estas personas a prisión de forma irregular, sabiendo que existe un proceso de judicialización y unas normas claras establecidas en la ley. Aseguró que esa decisión se tomó en una audiencia por parte de un juez como resultado de las evidencias presentadas que determinaron detenciones intramuro y domiciliarias.

“Se pueden presentar muchas inconformidades en este tipo de intervenciones, pero existirá el espacio para que estas personas se puedan quejar y presentar su reclamación. Desde ese punto de vista tenemos que ser muy claros en decir que la institución cuenta con unos protocolos, y que independientemente de que exista algún caso especial que sea motivo de una investigación, serán las entidades encargadas las que determinen responsabilidades. La Policía no obedece a este tipo de conductas que han sido denunciadas, la institución ha sido muy clara, no sólo para Soacha sino para otros municipios donde se han realizado este tipo de intervenciones en las que lamentablemente hubo pérdida de vidas humanas. Esto corresponde a investigaciones que se están haciendo de manera minuciosa por parte de los entes encargados de investigar, esperado una decisión por parte de la Fiscalía”, aseguró el Teniente Coronel Rojas.

El Oficial también dijo que: “La institución conoce perfectamente los protocolos que se deben manejar, independientemente de la intervención que se haya presentado y de las dificultades que se hayan podido ocasionar. En ese orden de ideas, obligar a una persona a que haga algo en contra de su voluntad, no corresponde a lo que hace la Policía Nacional ni a lo que se hizo en ese procedimiento. Cada caso es distinto, indiscutiblemente se debe mirar y analizar porque para realizar cualquier acción partimos de un protocolo, por lo que debemos verificar si realmente hay casos especiales, pues acá no se trata de tapar irregularidades, pero sí de indagar bien qué sucedió en cada caso”.

Rojas dijo además tener evidencias que corresponden a material fílmico y fotográfico que pueden comprobar que muchas de las personas detenidas sí estuvieron participando de esas acciones vandálicas, resaltando que sería muy bueno que los jóvenes liberados, si en algún momento observaron esos presuntos abusos, denuncien para poder iniciar con la investigación. El oficial fue enfático en manifestar que la Policía no hace procedimientos que están fuera de la ley o que vayan en contra de la dignidad humana, señalando que si dadas las condiciones existen las pruebas y hay hechos que permitan comprobar tales conductas en algún uniformado, inmediatamente se va a proceder:

“En la entrada del Comando tenemos una oficina de quejas y reclamos, allí es donde en su momento ellos pueden dar a conocer la denuncia para abrir una investigación a través del Comando de Policía del departamento. La oficina disciplinaria es la encargada de llevar este tipo de investigaciones”, aseguró el Comandante de la Policía de Soacha, quien además manifestó que las investigaciones por lo sucedido el 29 de agosto continúan, usando el material probatorio entregado por la gente, con el ánimo de dar con los responsables de los saqueos y los demás actos repudiables que ocurrieron ese día.

¿Qué va a pasar ahora?

Martha Espitia*, madre de uno de los jóvenes, aseguró que en cualquier momento los pueden volver a citar a audiencia, dentro del proceso que se sigue en contra de su hijo y de los demás muchachos. Según ella, los abogados de la defensa han recomendado sacar el proceso de Soacha para llevarlo a Bogotá, una decisión que está en estudio y que se decidirá en conjunto entre los abogados y las familias. Espitia manifestó que están a la espera de lo que venga más adelante, previendo lo que suceda en las siguientes instancias, que es donde supuestamente la Fiscalía va a mostrar todas las pruebas en contra de los jóvenes, mientras que ellos mostrarán todas las pruebas que comprueban su inocencia.

“Es algo que puede durar meses, o años, no tenemos idea. Por supuesto que es algo que nos preocupa, pero con ellos libres lo podemos llevar más fácilmente. Esperamos que todo se dé de la mejor manera, que la justicia de nuestro país obre a favor de nosotros y podamos sacar a los muchachos adelante, sin ningún perjuicio para ellos. No es una situación fácil, pero debemos asumirla, porque a la instancia que tengamos que llegar, vamos a llegar”, finalizó la madre del joven.

*Nombres cambiados para preservar la identidad y la seguridad de los entrevistados, Todos los testimonios fueron tomados el 25 de septiembre, momentos después de que los jóvenes fueron puestos en libertad.

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