El pastel del fontanero

A menos de seis meses de elegir el nuevo congreso, en Soacha ya suenan vientos electoreros que hacen recordar que la política no innova, sino que aprovecha las mentes débiles y la necesidad de mantener un puesto o recibir dádivas a cambio de lo más sagrado en la democracia: el voto.

Llama la atención que la historia se repite una y otra vez, y no hay cambios sustanciales de ninguna de las partes, es decir, ni los políticos de turno presentan estrategias nuevas, ni los ciudadanos entienden que el voto debe ser programático y sagrado.

La política se hace en varios escenarios de la cotidianidad, pero sin duda uno muy marcado ha sido el de las entidades gubernamentales, así le hagan creer al ciudadano de a pie que existe una Ley de Garantías y que no se puede participar en las elecciones desde ciertos cargos públicos, cuando por años se trazan estrategias en las alcaldías, gobernaciones, los ministerios y otras entidades para orientar la votación de contratistas y funcionarios hacia un nombre o un partido específico.

No se necesitan maestrías ni doctorados para entender cuando los mandatarios de turno están orientando y enviando mensajes para que se siga cierta línea y se apoye a determinada persona. Tampoco es secreto decir que no es una estrategia nueva y que cada cuatro años se repite la historia en Soacha, Bogotá y en el resto del país.

Pero como esta vez nos interesa es hablar de Soacha, del municipio que electoralmente es el más llamativo del departamento en las elecciones parlamentarias del 13 de marzo próximo, debemos recordar que todos los candidatos vienen a pescar voticos y aprovechar la necesidad que viven muchos residentes de esta ciudad sin identidad.

Ya comenzaron las invitaciones a desayunos, eventos, asados y hasta el envío de pasteles, y de nuevo las manos ‘untadas’ de unos cuantos politiqueros se están volviendo a estirar para chocarla con los dedos del necesitado, del habitante de a pie, y en muchos casos, del humilde e incauto.  Saludos van y vienen, y la sonrisa fingida e hipócrita de estos personajes que llevan casi 4 años desaparecidos, volvió a su rostro.

El lío es que muchos vuelven y caen, pero hay quienes no se dejan atrapar y pegan el grito en el cielo para alertar sobre lo que está pasando, quizá porque no simpatizan con el personaje, tienen otros intereses o, simplemente, porque consideran que (como dicen los viejos) ‘una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa’

 Precisamente esto último fue lo que se vio en Soacha recientemente con el detalle conmemorativo de amor y amistad que se entregó en la alcaldía a funcionarios y contratistas. Hay quienes denunciaron coacción por parte de la administración municipal y se molestaron por el pastel enviado con la figura del popular plomero o fontanero ‘Mario Bros’. Dirán muchos, y ¿qué hay de malo? Mentes perversas, pensarán otros, pero la relación es latente.

La simple figura del popular personaje de un videojuego, Mario Bros, no les dice mucho a unos cuantos, pero algunos contratistas reaccionaron negativamente y con sus comentarios rechazaron el mensaje del pastel. Sencillo, dicen ellos. La M y la G, la relacionaron con las iniciales del exasesor de despacho Mario Ballén, quien según comentarios sería candidato a la cámara por Cundinamarca.

Y es fácil deducirlo, ya en varios escenarios se hace esta relación como símbolo de promoción, como en el campeonato de fútbol que se realizó recientemente en el sector de la Veredita y Hogares Soacha, que se denominó Mario Bros y que fue patrocinado por Car Pits, el CDA propiedad de Ballén.

Ahora. No estamos cuestionando que el exasesor patrocine campeonatos y otros eventos, es más, eso se llama impulsar la reactivación económica y apoyar el deporte, simplemente se menciona por el inconformismo generado entre algunos contratistas y funcionarios por el regalito de amor y amistad que traía la figura del personaje de los videojuegos y que algunos tildaron como ‘el pastel del fontanero’, aunque en este caso el señalamiento es para el alcalde Juan Carlos Saldarriaga como jefe de la administración. Lo cierto es que ‘el pastel del fontanero’ no deleitó con su crema a todos, sirvió fue para generar polémica y recordar que las estrategias políticas pueden cambiar de forma, pero en el fondo el mensaje y el fin sigue siendo el mismo. Y esto es solo el comienzo de lo que veremos en los siguientes cinco meses y medio, por eso los electores también debemos aprender a jugar inteligentemente para ganar la partida.    

Por @editorial

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