Las calles de Soacha no tienen orden, vendedores venezolanos ganan la batalla

Denuncias y críticas al Gobierno Municipal se reciben a diario sobre la presencia de vendedores informales en las calles y sitios públicos de Soacha.  Dicen los ciudadanos que los venezolanos se apoderaron de cientos de espacios en la ciudad para instalar sus puestos.

Las críticas son por todo lado: León XIII, Terreros, Quintanares, San Mateo, calle 15, Compartir, Ciudad Latina, Parque Campestre, Hogares Soacha, parque principal, puentes peatonales y Ciudad Verde, entre otros.

 Pero muchos coinciden en lo mismo: “Usted solo pregunte y escuche el acento, estamos invadidos de venezolanos”, dijo un líder comunal del barrio El Rosal, refiriéndose a la presencia de ciudadanos extranjeros  vendiendo en la calle principal del Danubio.

Si bien es cierto la alta presencia de vendedores informales obedece a un fenómeno de país y en Soacha se ha venido conformando  un censo para identificar a los residentes del municipio  que necesitan trabajar en la calle  como una fuente de empleo, también es verdad que el tema se ha venido saliendo de las manos por la falta de control por parte de las autoridades.

“Una cosa es que atropellen al vendedor soachuno que necesita trabajar, y otra muy diferente es que dejen a cualquiera que llegue a esta ciudad a hacer lo que se le dé la gana. No es secreto decir que aquí llegan vendedores de todo lado, de Bogotá, de Funza, Faca y últimamente venezolanos que arribaron a engrosar el fenómeno”, sostuvo Andrés Camilo Medina, propietario de un carro de perros ubicado en la comuna seis.

Y es que quizá la mayor queja está enfocada a la presencia de venezolanos en las calles y espacios públicos de Soacha. “Venden tinto, empanadas, fruta, verduras, chucherías, cachivaches, en fin. Y lo grave es que ya se creen dueños y con derechos porque muchas veces hemos tenido problemas con ellos”, aseguró un vendedor ubicado cerca del puente de Mercurio.

El problema se agravó con la pandemia porque antes de la cuarentena el Gobierno Municipal venía haciendo operativos en zonas de Ciudad Verde, San Mateo, Quintanares, Compartir y el parque principal, entre otros,  incluso el gremio denunció atropellos por parte de la Policía, pero muchos aplaudieron en su momento las medias porque se recuperaron espacios que ya “eran propiedad de los vendedores”.

Sin embargo, con las medidas de aislamiento la economía se fue al piso y las autoridades se concentraron en controlar otros fenómenos, pero llegó el fin de la cuarentena y los vendedores se multiplicaron. “No nos explicamos  de dónde salieron porque antes del virus no habían tantos, y  ahora por todo lado venden”, aseguró una residente del centro de Soacha.

Si bien el alcalde Juan Carlos Saldarriaga ha venido diciendo que les va dar una tregua hasta diciembre por el tema de pandemia y recuperación económica, muchos consideran que cuando vaya a actuar, sacarlos no va ser fácil.

“Acuérdense ustedes que por allá en febrero-marzo hubo un lío tenaz con vendedores venezolanos en el parque de Soacha. En esa ocasión agredieron a funcionarios y a la fuerza pública, entonces qué será ahorita que son muchísimos más”, puntualizó Dayana Leguizamón, residente en el barrio La Unión.

Pero los venezolanos se defienden. “Es que nosotros también somos personas, necesitamos comer, vestirnos, pagar arriendo y estamos ganándonos la vida honestamente. Listo, organícenos, pero por favor déjenos trabajar”, dijo José Gregorio Pérez, residente en Soacha.  

Si bien quedan dos meses y medio para que finalice este año, tiempo que el alcalde dio de plazo para que muchos vendedores se recuperen económicamente y aprovechen la temporada decembrina, hay que esperar que en enero las cosas no se compliquen y salgan voluntariamente de las calles de Soacha.  

Por Ricardo G.

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